Jesús podría decirme lo mismo que dijo a Nicodemo cuando expongo mi curriculum espiritual: "Y tú maestro famoso de Israel ¿no sabes todo esto?". Sucedió al presentarme a la coordinadora de un grupo de meditación, le hable desde los logros adquiridos por la experiencia en meditar tantos años, por formar parte de la vida religiosa, por ser terapeuta y conocer el mundo de la energía, etc. Cuando me despedí y colgué el teléfono, sentí como un baldazo de agua fría caía sobre mí, ahí resonaron las palabras de Jesús: "Y tu María, ¿aún no has comprendido que es el silencio?". Si realmente reinase el SILENCIO en mi no habría soltado mi curriculum espiritual, sencillamente hubiese escuchado o preguntado. Cómo si la meditación fuese un acumular horas que después se pueden convalidar cuando cambio de grupo para evitar pasar las fases iniciales. Al reírme de mi misma por el "numerito" que había hecho, pude reconocer esa parte tóxica que busca lucirse aunque se
