Y ¡allí estaba bien arropado!

 

¿Recuerdas ese nerviosismo de los días previos a Navidad o al día de los Reyes? Porque se acercaba Papá Noel o Melchor, Baltasar y Gaspar, dependía del paje a quien le entregásemos la carta. La emoción por tener "el estreno", esa muda de ropa nueva para estrenar el día de Navidad, recibida con la misma alegría que si fuese una bicicleta o pelota de fútbol, pues estos regalos llegaban a otras casas junto con otros paquetes.

Por cierto, ¿alguna vez los Reyes se equivocaron de regalo? Si, eso de dejarte lo que no querías. Me paso una vez, imagínate, el regalo fue una tabla para planchar y la plancha, Proteste pues "no lo quería", mis padres optaron por ponerla en la puerta de la calle para que la recogiesen los Reyes u otra niña. Como las noches sirven para reflexionar, esa noche pensé: "o me quedo con ese regalo o me quedo sin nada", así que nada más despertarme me fui a la puerta y encontré ahí la tabla de planchar. Tal vez de ahí actualmente viene mi trauma a la hora de planchar la ropa.

¿Recuerdas esas noches mágicas? ¿Qué regalo te ilusiono más recibir?

Y toda esta fiesta se ha montado porque celebramos la EPIFANÍA es decir la "MANIFESTACIÓN" pues "SE DA A CONOCER" quien es verdaderamente ese NIÑO ENVUELTO EN PAÑALES, bien arropado. Es decir, un niño recién nacido en el ambiente tan vulnerable como es un establo ya MANIFIESTA su SER DIVINO, es EPIFANÍA de la PALABRA hecha VIDA. 

Tranquila que no estoy jugando con las palabras. También tu tienes la experiencia de sentirte atrapada por la presencia de un bebé en casa, entre adultos, todos bailamos al son de ese pequeño o pequeña. Y jugamos a adivinar a quien se parece su físico y su personalidad. Sin querer le vamos indicando unos patrones de conducta, lo vamos domesticando como diría Miguel Ruiz en su libro "Los cuatro acuerdos".

Juan Masià SJ llama a un texto Zen escrito por el maestro Dogen  como la EPIFANÍA DE LA VIDA, el
título del texto es "EL ARTE DE MIRAR",  nos dice así : "Obsesionados con el propio yo, pretendemos iluminar todo a partir de él: cualquier logro ascético se torna ilusión.. La iluminación se produce cuando el yo se hace transparente a todo y se deja iluminar por todo. Para aprender el camino de la iluminación hay que conocerse a sí mismo. Para conocerse a sí mismo hay que olvidarse de sí. Olvidarse de sí es hacerse transparente a todo y dejarse iluminar por todas las cosas es desapegarse de todo apego al cuerpo y mente propios y ajenos. Para eso hay que desprenderse incluso del apego a la iluminación, a la vez que se busca el realizarla en cada momento" (1) 

Entonces nuestra epifanía es posible cuando nos desapegamos de tantos mensajes mentales que sabotean la plena realización de nuestra ESENCIA, de nuestra ESPIRITUALIDAD. Mensajes en formato creencias que nos encierra en una zona de confort. 


¿Conoces tus creencias que te anclan en tu zona de confort?

La praxis del SILENCIO, la MEDITACIÓN ayuda a acallar muchos mensajes que nos sabotean y nos hacen entrar en un círculo vicioso donde solo hay ruido mental. 

El SILENCIO permite acercarnos a nuestro niña/o interior, ESCUCHARLA, reconocer y acoger, sentir su vulnerabilidad, envolverla con gestos y palabras de Vida sanadoras. 

Y ahora que ya estamos finalizando esta primera semana de Enero, revisa en tu lista de propósitos si incluiste un tiempo y espacio para estar exclusivamente contigo a fin de desapegarte de tantos mensajes bloqueadores de tu esencia, Agenda para este 2023 un tiempo breve diario, mensual (ej: retiro espiritual o zazenkai), anual (ej. ejercicios espirituales o sesshin). Solo así encontrarás bien arropada tu ESENCIA.

Ten presente: MANIFIESTA TU ESENCIA, SÉ EPIFANIA PARA EL MUNDO.

(1) J. Masíà y Kotaro Suzuki El Dharma y el Espíritu, conversaciones entre un cristiano y un budista edit PPC, Madrid, 2007, pp 69-70)









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