ENRAIZAR LA PAZ Y SOLTAR LA RABIA

¿Te imaginas la cara que pone un empresario que dispone de 72 personas capacitadas para anunciar su marca?  Un rostro de felicidad, el mismo que pondría cualquier líder ya sea político, social o religioso cuando conoce que hay 72 seguidores fieles a su mensaje, que además saben trasmitirlo en su buen hacer y en la manera de interactuar con la gente.

Pues 72 personas hace más de 2000 años salieron por todo el mundo con un mensaje muy sencillo y poderoso a la vez: "Paz en esta casa", acompañado por un buen consejo a la vez: "Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros" (Lc 10, 5-6).

Este debería ser nuestro mantra, nuestra jaculatoria: "Paz en esta casa", al entrar en cualquier hogar o encontrarnos con alguien.

La espiritualidad Franciscana tienen un saludo propio: "Paz y bien".

La paz es como un bumerang: nace de mi hacia ti y de ti hacia mi. 

Pero aterricemos la paz a tierra, las palabras vuelan pero los hechos enraízan nuestros pensamientos y emociones.

El lado opuesto de la paz es mantener un corazón dividido por la RABIA como bien expresa Silvia Ostertag (maestra de Zen): 



 Mantener la RABIA en nuestro corazón es como tener un botón que se conecta con el almacén de fuegos explosivos interminables MADE IN YO (1) diseñado tan perfectamente que perdura en el tiempo y se acciona con solo recordar la escena o el nombre de la persona que provoco tal chispazo. 
Quien te lo provocó puede estar muerto pero tu sigues con la misma reacción. Cuando miras el cuerpo yacente dentro del ataúd que quieres hacer ¿mantener o enterrar la rabia?,  ¿Qué meta sientes que no alcanzaste por su culpa? ¿Qué rol pretendes seguir manteniendo el ser víctima o juez?

Vas comprendiendo que soltar la Rabia es abrir una puerta a la PAZ, a tu paz interior. Que mientras sujetas el alambre de la cólera te estas hiriendo y ensangrentando tu sola. Solo así podrás soltar tu papel de victima, y dejar de mirarte a ti misma como "pobre de mi". Cuando tu dejas de tratarte así provocas que los demás cambien la manera de relacionarse contigo.

Con razón Jesús aviso la paz encuentra dificultades para ser aceptada, choca con los intereses de quienes solo comprenden relacionarse desde la competencia del "YO SOY MÁS QUE TU"  en vez de la cooperación fraternal y sororal En esos casos nos hemos de sacudir todo rastro de contacto con este tipo de gente (Lc 10,11)

Anunciar la paz en estas ocasiones es saber MIRAR A TRAVÉS como nos recuerda Silvia Ostertag.

Mirar a través nos facilita percibir más allá de lo superficial, de esa primera impresión o sencillamente aprender la lección de vida que esa persona problema te enseñó. Es muy liberador cuando soltamos la RABIA, dejamos de sujetar nuestro pensamiento al rostro de fulanita o zutanita y nos preguntamos: ¿Qué lección de vida aprendí a raíz de conocer a esa persona? ¿Qué valores tiene o tenía reconocidos por los demás pero yo no quise ver? ¿Comprendo que su modo de actuar era fruto de seguir atada a su herida del pasado? 

El SILENCIO permite responder sinceramente las preguntas, de lo contrario la mente te atacará nuevamente con sus razones de siempre. Cambiar la respuesta es posible. Lograrás cicatrizar esa vieja herida y dejar de sufrir.

Cambiar el contenido del almacén de explosivos MADE IN YO por otro más acorde a tu presente.

Siéntate, respira, simplemente se consciente del presente, sin buscar resultados, sencillamente esta ahí, respirando y poco a poco podrás decir "No se si la he olvidado yo o me ha olvidado ella, cuando justo aquí solo hay silencio".

Comprendes ahora la alegría de los 72 cuando vieron como sanaban a tantas personas, hasta el Mal se sometía al escuchar el nombre del MENSAJERO DE LA PAZ.

Tu, desde tu PAZ INTERIOR eres capaz de sanar a muchas personas sumergidas por la RABIA. El primer fruto que experimentas es una gran COMPASIÓN a ti misma y a los demás.

La respiración enraíza la PAZ y suelta la rabia.

(1) Silvam Tomkins lo llama PROGRAMA DE AFECTO, nos ayuda a comprender como en el proceso emocional desde el desencadenante hasta la acción (ESAC, Zara Beltrán)




















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