ESCUCHA, TENGO UNA PETICIÓN



Nos conocemos desde hace mucho tiempo o mejor dicho desde el principio sabes quien soy y yo poco  a poco he ido conociéndote, confiando en ti, en tu presencia en el día a día. 

Hoy necesito hablar contigo, sin metáforas disculpa la expresión "a calzón quitado" como decía mi amiga hondureña, 
Dices pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre (Lc 11,9-10)

Pero ahora dime ¿Dónde tienes la sucursal de las peticiones no resueltas? 

Cuando era niña mis peticiones iban acompañadas de promesas "a cambio de".  Tu concedías y a cambio yo tenía una promesa por cumplir, en definitiva era que tu hicieses tal cual mi petición, ni más ni menos, 

La sorpresa era que muchas veces las señales o las peticiones pedidas eran tan invisibles que ni las veía,  entonces descubrí la frase mágica "no era el momento adecuado", "Tu lo sabes todo y sabes lo que nos conviene",  "escribes en renglones torcidos". Frases pronunciadas por personas muy creyentes, les di la razón ya que la impaciencia de la adolescencia había dado paso a la capacidad de saber esperar y saber estar en esa espera, como la semilla cuando está bajo tierra.
Al cabo de unos años pude comprobar que muchas peticiones se hicieron realidad en el momento adecuado, sin forzar la historia para que sucediesen.

Creo firmemente en tu presencia creadora y liberadora.

Pero ahora, dime ¿Dónde pones nuestras peticiones caducadas?

Caducadas porque ya son imposible cumplirlas, se murió el familiar por el cual tanto te pedimos, tanto oramos. Caducadas porque el COVID19 nunca se fue, al contrario tomo posesión del mundo bajo muchas modalidades. Caducadas porque la guerra de Ucraina, Palestina y tantos otros lugares se están haciendo interminables. Caducadas porque la gente sigue emigrando a causa de la violencia en sus calles. Caducadas porque el virus del Poder atacó a nuestros políticos provocándoles una total ceguera, no ven más allá del color de su partido, los otros colores son enemigos. Caducadas por los jerarcas eclesiales que siguen prefiriendo mantener la Tradición antes que empezar otra Tradición.

Creo en tu presencia solidaria y liberadora.

Pero ahora, dime ¿Dónde pones nuestras peticiones por resolver?

Son esas peticiones que aún tienen el matiz de la esperanza y la confianza, de saber que si es posible lograr realizarlas. Aún mantienen el aire de la fe en la VIDA, 
Las peticiones que te dirige el campesino cuando falta el agua para sus campos, la madre al pie de la cama de su hijo enfermo de cáncer, la esposa por su marido que migro por el sueño americano, la del niño que cada noche es tocado por ese adulto.
Son el clamor del pueblo contra la corrupción de sus tiranos, de las mujeres obligadas a vivir en el reino de la casa marital, 
Las súplicas de quienes lo perdieron todo a causa del huracán, la crecida del río, el volcán, el fuego o el terremoto fueron noticia las primeras semanas para después pasar a segunda y a tercera plana después. 
Es el grito estremecedor de la MADRE TIERRA que arde cuando sus hijas e hijos se olvidaron de cuidarla.

Creo en tu presencia creadora y liberadora.

Solo me resta pedirte como bien cantó León Gieco: Solo te pido que mi corazón no sea indiferente, mientras sienta el puñal del dolor por todo cuanto he hablado hoy, SIGNIFICA  que aún estoy viva, aún estoy en el REINO de los que siguen creyendo en TI.

Seguiré, como bien tu sabes y me conoces, pidiendo, clamando porque sigo creyendo en TI, en la VIDA que surge de cada una de tus presencias. Seguiré pidiendo para mantener la llama de la solidaridad y de tu presencia creadora.


PD. Gracias por escucharme, por estar ahí, por estar siempre presente.
 

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