TODOS SOMOS UNO



 Si algo nos apasiona en este tiempo es reunirnos con nuestra familia, por algo resuena ese anuncio de "vuelve, a casa vuelve, en Navidad", momentos que la lejanía del hogar natal se suple con una llamada de teléfono y a la vez nos sentimos formar parte de otra grupo humano que nos acoge y comparte sus tradiciones navideñas, precedidas por las POSADAS. Tiempo de villancicos, tamales, turrón, panetón, leche de almendras, manzanas, chocolate (según la costumbre del lugar) etc. dispuestos sobre la mesa para ser consumidos después de la Misa de Nochebuena (así lo hacen en Piura y Pachacamac).

Tiempo para sentirnos familia.

Todas y todos hemos nacido en una familia concreta sin perfecciones, con todas sus virtudes y limitaciones características que han modelado nuestra personalidad pero no la IDENTIDAD. El mejor ejemplo es el mismo Jesús, menudo susto dio a sus padres, pues él tenía  claro donde debía estar a la temprana edad de 12 años (Lc 2,41-52). 

La dimensión familiar está presente en nuestro primer chakra Muladhara, como nos explica Caroline Myss en su libro "Anatomía del Espíritu". Te comparto su enseñanza: <<El primer chakra es el cimiento de la salud emocional y mental. La estabilidad emocional y psíquica se origina en la unidad familiar y el primer entorno social. El sentido simbólico del sacramento del bautismo es honrar a la propia familia biológica como sagrada y divinamente elegida para ser la tribu apropiada a partir de la cual comenzar el viaje de la vida.

La verdad sagrada inherente al primer chakra es que Todos somos uno.

Aprendemos esta verdad y exploramos su poder creador mediante las experiencias conectadas con la dinámica tribal o de grupo. Esta verdad conlleva el mensaje de que estamos conectados con todo lo que vive y que cada opción que hacemos y cada creencia que tenemos influye en la totalidad de la vida.

Nadie comienza su vida teniendo conciencia de ser un «individuo» y de poseer poder o fuerza de voluntad. Esa identidad viene mucho después y se desarrolla en fases que van de la infancia a toda la edad adulta. Comenzamos a vivir como partes de una tribu y nos conectamos con nuestra conciencia tribal y voluntad colectiva asimilando sus fuerzas, debilidades, creencias, supersticiones y temores.

Al mismo tiempo tenemos en nuestro interior un implacable e innato deseo de explorar nuestras propias capacidades creativas y de desarrollar nuestro poder y autoridad individuales.

Este deseo es el ímpetu que está detrás de nuestros esfuerzos por hacernos conscientes. El viaje humano universal consiste en tomar conciencia de nuestro poder y de la manera de utilizarlo. Tomar conciencia de la responsabilidad que entraña el poder de elección representa la esencia de este viaje.

Es muy difícil, y a veces muy doloroso, evaluar las creencias personales y separarnos de aquellas que ya no apoyan nuestro crecimiento... cambiamos interiormente; abandonamos ciertas creencias y reforzamos otras. 
Las primeras creencias que ponemos en duda son las tribales, porque nuestro desarrollo sigue la estructura de nuestro sistema energético; nos limpiamos de ideas de abajo arriba, comenzando por las primeras y más básicas. (¿Recuerdas la respuesta de Jesús a sus padres?)

Nos atrae hacernos más «conscientes», pero al mismo tiempo nos asusta, porque significa que tenemos que asumir la responsabilidad personal de nosotros mismos y de todo lo que nos afecta: salud, profesión, actitudes y pensamientos. Una vez que aceptamos la responsabilidad personal, aunque sea de un solo aspecto de nuestra vida, ya no podemos volver a utilizar el «razonamiento tribal» para justificar o disculpar nuestro comportamiento diciendo: «En mí familia todos piensan así.» Es dificilísimo salirse de la zona de agrado que acompaña a esas justificaciones; sólo tenemos que pensar en la cantidad de veces que hemos dicho: «Todo el mundo lo hace,  por qué yo no ?» Este argumento es la forma más rudimentaria de la verdad sagrada>>.

Te propongo una dinámica para vivir la verdad sagrada TODOS SOMOS UNO de tu familia compartiendo los éxitos personales, hacer el árbol de los éxitos familiares, desde los más cotidianos (poder caminar, hablar, ir en bicicleta, cocinar) hasta los que han significado un esfuerzo personal (superar lo miedos, lograr leer un libro completo, trabajar y estudiar a la vez, etc.). Para mi ha sido muy hermoso ir formando el panel de los éxitos a partir de los aportes de mis herman@s y sobrin@s.


Comentarios

  1. Muchas gracias María por este hermoso mensaje reflexivo 💓🌹🙏

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    1. gracias!!!, Recomiendo seguir profundizando en el libro de Anatomía del Espíritu de la autora Caroline Myss

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