La ESPERANZA se viste de ALEGRÍA


O ¿acaso te imaginas la Esperanza vestida de luto y con una cara avinagrada? 

Y no me estoy refiriendo a esa alegría de la quinceañera en su fiesta de presentación o del hincha que celebra la victoria de su equipo de futbol.

Estamos hablando de la alegría que nace desde el corazón. La alegría que "a pesar de" sigue creyendo que la vida es posible. Que mantiene viva la esperanza en el cambio.

Un ejemplo, en Honduras las últimas elecciones generales se gestaban como un momento de conflicto fuerte como en el 2017,  y sin embargo trascurrieron tranquilamente y con una gran participación juvenil. Los pobladores del Guapinol como otros defensoras de la Tierra mantienen la esperanza de recibir justicia y sean declarados inocentes.

La esperanza está en el vivir cada día, como la vendedora del mercado que celebra con júbilo su primera venta y agradece a Dios.

La esperanza tiene rostro femenino, de cuidado solicito como la madre que está a la cabecera de la cama de su hijo cuidándolo o simplemente enviándole aquellos manjares que le gustan. Siempre me impresiona la constancia de las madres en los hospitales, un día tras otro pendientes de todo cuanto necesitan sus hijas enfermas.

La esperanza de la enferma de COVID de poder abrazar nuevamente a su familia pues mientras tanto tiene que contentarse con verles desde la puerta de su habitación o del balcón. Tiempo de aislamiento que solo es posible sobrellevarlo con una dosis de buen humor y alegría. Pues no es fácil estar más de 15 días aislados.

La esperanza se esconde en la sonrisa de los nietos que provocan la sonrisa de la abuela que recién enterró a su esposo y aún no comprende que le falto para sentirse feliz y tomar tan drástica solución para marcharse anticipadamente de la vida.

La esperanza en el emigrante que hace fila en la cola de migración, tal vez a él no lo deporten pues su familia depende de que pueda entrar en el país. Después juntos celebrarán que pudo entrar ya, sabe que el precio a pagar es no regresar por largo tiempo a su tierra natal.

Es en estos momentos grises de la vida cuando hablar de esperanza suena a extraño Pero si es posible. Así me lo han enseñado mis mejores maestros y maestras de la Universidad de la Vida. Gracias a la gente más pobre con la cual he compartido mi vida durante estos años sé que es posible mantener la esperanza en las situaciones más difíciles.

Por esto podemos gritar con el profeta Sofonías (3,14-18): "El AMOR INCONDICIONAL está
en medio de ti, ¡un poderoso salvador! El exulta de gozo por ti, te renueva por su amor; danza por ti con gritos de júbilo"

¡Exulta de gozo! pues en ti está la presencia de la DIVINIDAD, por el simple hecho de ser persona. Esta en mi, en ti, en cada ser, somos seres espirituales y lo manifestamos en nuestro vivir diario.

Y te renueva día a día, por eso puedes acudir a ese puestecito del mercado con una sonrisa nueva cada día, dejarte alegrar por tus nietos, mantener la constancia al lado de tu hijo enfermo, tener la certeza que lograrás pasar la frontera. Esta es la fe que me ha trasmitido la gente más pobre, una esperanza agradecida por sentir la presencia del Amor Incondicional en su vivir diario. 

Poder dejar a un lado las creencias limitantes que nos hacen ver fracaso en vez de oportunidad para aprender, para soltar y liberarnos y emprender una nueva manera de comprendernos.

Pero, no confundas Esperanza con tener una conciencia adormecida. Esperanza también camina de la mano de la JUSTICIA. Bien lo dice el profeta Juan Bautista a todos aquellos que le preguntan que deben hacer (Lc 3, 10-14). Todo se trata de obrar con los criterios del BIEN y la JUSTICIA en nuestro vivir diario.

Y ¿Ya sabes cuál es la ESPERANZA que te da vida cada día? 



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