¡¡ QUÉ BIEN SE ESTA AQUÍ!!!!

 

 (Patuca, 2009)

     Hace tiempo un empresario adinerado, lo suficiente como para permitirse largos periodos de total descanso, viajo por una zona costera hermosísima de la Moskitia. Enseguida al ver la desembocadura del rio Patuca sus ojos de mercadotecnia empezaron a calcular cuanto dinero daría ahí un hotel con vistas al mar y ubicado en la ribera del rio, además ya veía llegar los  los turistas desde Roatán. Tal vez pensaría que era una perdida de dinero no invertir en ese proyecto. Aquel hombre miró el paisaje con criterio monetario porque este era su código de interpretar la realidad.

    Cuando descubrí ese pedacito de cielo en la tierra me dejé envolver por su encanto, por la belleza del amanecer y la puesta de sol, el sonido del mar acunando mis sueños nocturnos, la sencillez de los niños bañándose bajo la lluvia o corriendo con un carrito fabricado a partir de una botella de aceite. Ese espacio tan bello invitaba a quedarse ahí. 

    Todos tenemos un espacio donde nos gusta refugiarnos o tal vez recuperar la sonrisa después de una larga semana de trabajo. Ese lugar que solo pide nuestra presencia para devolvernos la paz.
¿Cuál es tu espacio sanador?

    La experiencia de plenitud en esos momentos es indescriptible y si le sumas que estas con las amistades más entrañables estamos hablando del paraíso en la tierra (cf. Mc 9, 5).

    Para que regresar al mundanal ruido del tráfico, los corre corre ansiosos por alcanzar un asiento en el bus metropolitano si estamos tan bien aquí.

    Necesitamos de estos momentos de total paz para volver a sumergirnos en el día a día, que nos devuelven la cordura y soltar las cargas inútiles de las frustraciones o pesimismos por no lograr el éxito esperado, alejarnos un poco del problema para verlo con mayor claridad y dejar que la respuesta aflore. Dedicar un tiempo a la meditación diaria es un buen comienzo del día para vivir está experiencia.


    Necesitamos de estos momentos de total interioridad para adentrarnos un poco más en el MISTERIO de nuestro SER. Mirarnos de nuevo con mucho amor así como nos mira el AMOR INCONDICIONAL. Escuchar nuestra verdad que nos abre hacia la COMPASIÓN (kanzeon). 

Momentos en que nuestro respirar es uno con el suave latir de la tierra.

    Es tiempo Kairós que nos permite regresar al tiempo cronos, a la vida diaria, a la agitación diaria con todos sus vaivenes y dificultades. Pues no somos fugitivas errantes en busca del paraíso perdido que elimina la realidad, todo lo contrario, es en esta realidad concreta (Dharma) donde nos toca enraizarnos para anunciar PALABRAS DE VIDA.

LAS COSAS QUE VIENEN DEL CORAZÓN
Todo aquello que somo viene de lo que hemos pensado,
se encuentra en nuestros pensamientos del  pasado.
se une con nuestros pensamientos del presente.
Si una persona habla o actúa con un mal pensamiento,
el dolor lo sigue,
así como la rueda sigue las pisadas del buey que lleva el carro.

Todo aquello que somo viene de lo que hemos pensado,
se encuentra en nuestros pensamientos del pasado,
se une con nuestros pensamientos del presente,
Si una persona habla o actúa con un pensamiento puro,
la alegría lo sigue como una sombra que jamás lo abandona.

(Dhammapada 1,2)





 

    

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