Con la preparación empieza el éxito

 


Aprender cualquier habilidad, conocimiento, destreza es necesario un tiempo de preparación. Nadie nace enseñado, todo se tiene que aprender decía mi abuela. Este tiempo de preparación es muy valioso pues nos permite ensayar, corregir, reforzar todo cuanto después queremos alcanzar.

La vida diaria es un ejercicio de preparación continua: Comenzamos a saborear un helado desde el momento que pensamos en él, aumenta nuestro placer cuando nos lo sirven y culmina al comerlo. Preparar el almuerzo de Navidad requiere de varios días para lograr ese menú ideal que unirá a los comensales en una alegre tertulia. Estudiar permite prepararse para el examen o conocer nuevas habilidades. La semilla crece cuando preparamos el terreno. Mi madre empieza 3 meses antes a preparar mi habitación cuando regreso a casa cada año. Comprar el vestido y los zapatos son la antesala para la fiesta. Pregúntale a Rafa Nadal cuántas horas se entrena antes de un partido de tenis,  a Tamara Rojo como consiguió llegar a formar parte de una compañía de ballet en Reino Unido. Nos preparamos antes de realizar una terapia de Healing touch, reflexología, etc. Cualquier profesión y vocación requiere de largos años de preparación, estudio, disciplina.

¿Qué otros ejemplos se te ocurren en tu vivir diario?

El éxito empieza en la preparación, sobre todo emocional y mental por algo Timothy Gallwey en su libro “The Inner Game” - El Juego Interior, dijo: “Siempre hay un juego interior que se está jugando en su mente, independiente del juego exterior que usted está jugando. El nivel de conciencia que usted tenga de este juego, puede hacer toda la diferencia entre el éxito y el fracaso en el juego exterior”.

Incluso la oración personal necesita de un tiempo previo que permite acallar los ruidos interiores. Toda meditación necesita prepararse: la postura corporal, la ropa, el ambiente, soltar las desconfianzas (al pasado, al que dirán y al futuro) con nuestro respirar y todo como decimos en zen para  "morir en el zafú, cofín" para soltar el EGO. Practicar la meditación Raja Yoga, vivir un sesshin (zen), un retiro Vipassana, un mes de ejercicios espirituales ignacianos, etc. requiere tiempo previo de entrenarse, prepararse, de lo contrario confundiremos esta experiencia en un momento de tortura corporal o mental por la cantidad de distracciones que tenemos o tal vez de total aburrimiento.

La constancia en el día a día hace posible que poco a poco dejemos caer los velos del EGO y vayamos mirando nuestro vivir desde el ángulo de la COMPASIÓN. Empezamos a aceptarnos más, reconocer que somos un pieza más de un TODO, a saborear los detalles que la VIDA nos ofrece desde la salida del sol al cantar de un pájaro. En definitiva ser más conscientes de nuestro vivir diario.

Jesús al igual que cada una de nosotras fue muy cuidadoso preparando la cena de Pascua, esa cena que tenía sabor a despedida (Mc 14,12-16.22-26) cuidando de los detalles, a quien preguntar y como reconocerlo, el lugar, la sala, etc. Todo era importante, la sencillez de sus gestos y palabras con el pan y el vino resumían toda su vida de donación continua hacia los demás, de ser presencia del AMOR INCONDICIONAL. 

Es una escena para ser contemplada desde el silencio, formando parte del pequeño grupo de discípulas y discípulos que desconocían los hechos posteriores pero intuían que esas palabras eran la clave para celebrar la PRESENCIA de Jesús entre nosotros todos los días, eran la clara invitación a vivir y comunicar su mensaje de VIDA especialmente a los más frágiles de nuestra sociedad.


Y tú, ¿Cómo preparas tus momentos especiales?





Comentarios

  1. La vida es un misterio y es posible abrirse a que ella nos revele la verdad con profunda delicadeza para Ser libres.

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