"Y se marchó...

 ... y a su barco le llamó, libertad", así dice la canción de José Luis Perales " Un velero llamado libertad". Todas y todos un momento dado de nuestra vida tenemos que emprender un viaje sin retorno "a lo de siempre". La universidad de la vida pone sus mejores profesoras y maestros para que lo realicemos plenamente, muy ligeras de equipaje pues fuimos soltando todo cuanto no nos permitía SER plenamente nosotras mismas.

Algunos compañeros de viaje se nos adelantaron, bajaron del velero en algún puerto pues concluyeron con su misión. Ese momento de ASCENSIÓN de su SER ESPIRITUAL a la fuente confirma que ya no están físicamente a nuestro lado. 

Su vacío momentáneamente fue llenado por la tristeza pero después comprendimos, recordamos sus enseñanzas, sus historias de vida que siguen alentando nuestro presente. Es ese momento del duelo que pasamos del sufrimiento al dolor y de nuevo somos capaces de sonreír.

Especialmente cuando nos convertimos en testigos de La PALABRA DE VIDA, de su mensaje.

Su vació pasó a ser fuente de fortaleza, esperanza, de vida eterna.

Ayer de un modo especial celebramos la ASCENSIÓN de Jesús.

La responsabilidad de seguir comunicando su BUENA NUEVA recae ahora sobre nosotr@s. Vimos como l@s primer@s testigos pasaron de ser personas enmudecidas por el miedo a gritar que la VIDA venció la muerte, que sigue presente por medio de la RUAH. 

Para seguir manifestando en nuestro vivir diario la presencia del AMOR INCONDICIONAL.

Seguimos viviendo su mensaje especialmente cuando nos encontramos con las víctimas provocadas por la inhumanidad, la violencia, etc. etc. y empezamos nuestro camino a su lado, nos dejamos interpelar por su presencia pero sobre todo a mirarnos a nosotras mismas como posibles cómplices victimarios de esta situación tan absurda. Dejar de serlo significa sanar nuestras heridas como dice J. Manuel Palma.

Juan Manuel Palma expone magistralmente la unión entre ESPIRITUALIDAD Y VÍCTIMAS.

Deseo que tu caminar por la VIDA como el mío sea una experiencia de absoluto crecimiento hacia la LIBERTAD, de encuentro con tu VERDAD. Que a cada paso que andamos recojamos con mucho cariño las flores que hemos marchitado alguna vez pues éramos ciegos al pasar a su lado y sembremos muchas semillas de humanidad.