YO SOY

 

Por un momento cierra tus ojos e imagínate que te están buscando solo por ser fiel a tu esencia, a tu SER, sólo por saber que eres PRESENCIA DEL BIEN. Ya no hay escapatoria, están ahí, preguntan por ti ¿Qué respondes?

San Juan nos relata con todo lujo de detalles como sucede la captura de Jesús en el huerto de los Olivos. Sus perseguidores no dudan en hacer un despliegue de fuerza para apresar a un solo hombre, contrasta la cantidad de gente presente en esa escena, por un lado un batallón de soldados, guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, comandantes incluidos los criados de los judíos y por el otro lado Jesús con el pequeño grupo de discípulos. (Jn 18.1-19,42)

Cuando el MAL sospecha que encontrará resistencia busca sus aliados: el MIEDO, la FUERZA, el PODER.

Mientras que el BIEN sencillamente mantiene a su lado la PAZ y la SERENIDAD, se hace presente: YO SOY, (Jn 18,5) no precisa de otros aliados, basta su sola presencia. Total consciencia de su identidad, sin esconderse.

Me enseña a mantener la integridad en todo momento 
cuando las situaciones fluyen a favor
 como cuando  suceden los contratiempos.

Una vez más Jesús  cita a la Divinidad: YO SOY, es el nombre que recibe Moisés para que el pueblo de Israel lo reconozca (Ex 3,13-14).

YO SOY está presente en una situación tan macabra como es en el prendimiento de una persona. Las mismas imágenes hemos visto actualmente con la detención de George Floyd o de Quintana Roo (la mujer salvadoreña muerta por la policía mexicana).

YO SOY provoca que un cobarde intente defender a su amigo pues solo conoce el lenguaje de la FUERZA, aún no ha aprendido el lenguaje de la PAZ.

YO SOY sigue provocando que los campesinos y tantos líderes como Berta Cáceres defiendan su tierra, la PACHAMAMA. YO SOY hace que un obispo como Monseñor Romero, amante de los libros levanté su voz para defender al pueblo Salvadoreño cuando su mejor amigo el P. Rutilio Grande muere asesinado por la fuerza del MAL.

"Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño" (Monseñor Romero)

YO SOY  qué difícil se nos hace sentirlo presente cuando la MUERTE desea robarnos a nuestros conocidos. YO SOY solo nos consuela que tú eres quien les acoges a tu lado pues la MUERTE no los pudo retener a su vera.

YO SOY conoces bien el camino del dolor y no dejas de SER quien ERES, consolando a tantas mujeres que sufren por el futuro incierto de sus hijas e hijos o por ellas mismas ya no reconocen quien son a causa de su victimador.

YO SOY deseo responder de la misma manera 
cuando tenga que partir a tu lado, decir sencillamente: YO SOY.

No hablamos de un yo que viviera eternamente, sino de otra identidad que trasciende al yo. En síntesis, la muerte nos pone de manifiesto que no somos el yo que pensamos ser -y que tiembla, con razón, ante la muerte-, sino la vida que se está experimentando temporalmente en este yo, pero que no se reduce en absoluto a él (https://www.enriquemartinezlozano.com/morir-entregarse-a-la-vida)

 


 

 

 

 

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