AL VOLVER A....

... tu ciudad, a tu casa,  a tu interioridad, deseo que lo realices tal como dice Luis LLach: "Cuando emprendas el viaje hacia Itaca, debes rogar que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de conocimiento..." https://www.youtube.com/watch?v=_XjMZgPc-Xk

Un día emprendimos nuestro viaje de la vida, nos encontramos con miles de situaciones que pulieron las aristas de nuestras espinas. Sí, esas espinas que poco a poco fuimos poniendo a nuestra armadura para proteger nuestra interioridad a fin de que nadie más lastimase nuestro corazón. Pero a la vez nos convertimos en extrañas a nosotras mismas al dejar de escuchar el latido de nuestro SER, pasamos a ser meros inquilinos de un cuerpo que ya no sabía realmente quien era su propietario.

Pero, la VIDA es SABIDURÍA, tiene esas maneras tan especiales para que retomemos la ruta hacia el SER. Nos ofrece otras amistades, compañeros de camino para que sean nuestros espejos y nos reconozcamos. Nos da clases aceleradas de crecimiento personal con esos eventos no deseados no buscados pues nos provocan dolor. Ese dolor que a veces nos ancla en el sufrimiento paralizante o nos catapulta hacia la liberación. 

La VIDA es así, entre una aventura y otra vamos regresando a casa, volviendo a nuestra interioridad, después de dar vueltas por el bosque de los aprendizajes.

Retornamos más libres sin espinas y sin armaduras, nos sentimos más viv@s. Es cuando deseamos celebrarlo junto con otros caminantes, con otras personas que decidieron emprender el viaje de la VIDA. Es en este encuentro gozoso donde hacemos memoria de los hechos que nos permitieron reconocer verdaderamente cuando se hizo presente la Sabiduría, la PALABRA DE VIDA encarnada que nos hizo otra vez escuchar nuestro Ser. Es en este encuentro comunitario cuando reafirmamos la PRESENCIA del AMOR INCONDICIONAL entre nosotr@s. (cf Lc 24,33-48)

Cada uno llega a su "casa" cuando es el momento adecuado, ni antes ni después. Algunos ya llegaron, nos dejaron antes. Ahora sentimos ese gran vacío.... su silla sigue ahí pero no están. Ahora son plenamente un SER de LUZ, de PAZ.  Les agradecemos todo. 

Déjenme que les comparta como siento ese paso hacia la plenitud de nuestro SER, la semana pasada despedimos a una compañera de camino, ella ya volvió a la morada de la VIDA.

Clavo su guadaña

me quería suya,

provocó el llanto a su paso,

rasgo el velo del odio,

rompió el tul del rencor,

corto la capa del miedo, 

pase por su morada.

Penetró la luz,

liberó la paz,

soltó la verdad,

afloró mi ser,

entró la Vida,

me quedé en su morada.

M. Pizá (14-4-21)

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