¡QUÉ BIEN SE ESTA AQUÍ!

 

Cierra los ojos y recuerda ese momento especial que experimentaste una paz absoluta, te puede ayudar escuchar la siguiente música https://www.youtube.com/watch?v=fzbVo8mWE_8 (y deja que suene mientras lees).

¿Recuerdas? Seguramente deseabas que nunca terminase, "se está tan bien aquí y mañana otra vez lunes", mañana de nuevo a reanudar el quehacer diario. 

Ese momento de total paz y serenidad recompensó los esfuerzos por subir a la montaña, por parquear el automovil en la playa, por conseguir una plaza en el concierto o simplemente estar ahí mirando la luna,  dejando que la brisa del mar peine los cabellos... ¡se podría detener el tiempo! nos sentimos tan renovados y transformados.

Como esa vez que nos abrazo la abuela o la anciana deseandonos un buen día, o somos complices de la sonrisa del bebé jugando con un pedazo de papel, fracciones de minutos pero que llenan nuestro espíritu. 

Otras veces sentimos el abrazo de la paz entrando en un lugar muy concreto ya sea una casa, una iglesia, caminando por el jardín, al escuchar el tintineo de una campanita, el crujir de una rama, el canto de un pájaro, etc. es la vivencia como nos dicen los maestros espírituales de la UNIDAD plena, experiencia mística o SATORI (en el zen) pues transitamos por el camino del DESPERTAR.

Conocer el camino del despertar
es conocerse a sí mismo
conocerse a sí mismo
es olvidarse de sí mismo,
olviadarse de sí mismo
es quedar iluminado por todas las cosas
es dejar desaparecer cuerpo y mente
de uno mismo y de todo lo demás
entonces los residuos
de la experiencia de iluminación desaparecen
y se deja que la iluminación
vacía ya y libre de todo residuo 
se expanda sin límites 
(Maestro  Dogen Zenji)

El impulsivo Pedro esta experiencia le llevó a decir "¡QUÉ BIEN SE ESTÁ AQUÍ! VAMOS A HACER TRES CHOZAS" (Mc 9,1-9) Pues él, Santiago y Juan participaron junto con Jesús en un vivencia que los trasformó  porque "todos somos seres “transfigurados”; más allá de la apariencia de las formas diferentes, somos Aquello que las transciende, luminosidad y gozo".(https://www.enriquemartinezlozano.com/ser-y-hacer/)

Alcanzar ser transfigurados significa acallar todas las palabras, pensamientos, gracias al SILENCIO meditativo, la quietud del cuerpo, dejarse llevar por el solo respirar pausado sereno.
Y si acaso no superas
dónde me hallarás a Mi,
no andes de aquí para allí,
sino, si hallarme quisieres, 
a Mi buscarme has en ti
(Sta. Teresa de Jesús)

Entrar en este sagrado silencio es encontrarnos con nuestro misterio y reconocer nuestro Misterio es encontrar  a "YO SOY EL QUE SOY"(Ex 3,14).

Cierra los ojos y deja que la música acaricie tu ser, regalate una pausa, te la mereces, sonrie, respira profundo y escucha la belleza. 

Desde el SILENCIO es cuando La PALABRA irrumpe con más fuerza: vamos, sigamos con nuestro quehacer diario expresando nuestro verdadero SER.

TODA PAUSA EN NUESTRO VIVIR DIARIO 
NOS LLEVA A ESCUCHARNOS, 
SOLTAR APEGOS
Y SUMERGIRNOS EN LA UNIDAD.


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