TE QUIERO, Tal cual eres


 El mejor regalo que la vida nos hace es sentirnos amados profundamente por otra persona. Ese SER ESPECIAL que aparece en nuestras vidas y mira nuestro corazón, mucho más allá del envoltorio con el cual  hemos nacido, ya que las diferencias surgen del embalaje no del contenido pues las hay para todos los gustos, colores y tamaños, por algo QUIEN NOS FORMÓ  se entretuvo en hacernos ORIGINALES, UNICOS E IRREPETIBLES y goza en LLAMARNOS HIJAS E HIJOS: "Tú eres mi Hija amada, en ti me complazco" (Mc 1,11)

Por eso los  niños del video son capaces de mirar desde la UNIDAD y superar las diferencias del envoltorio, bueno Jax preciso de un corte de cabello para lograr ser casi igual a Randy. Yo creo que Abbá debe sonreír ante la inocencia de estos niños, y con gusto dice: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco". 

La misma experiencia de TOTAL ARMONÍA y ACEPTACIÓN tienen las FAMILIAS donde nació una hija o hijo con discapacidad física o mental. Integran en su diario vivir la riqueza y limitación que significa tener una hermana o hermano autista, síndrome de Down, ceguera, parálisis cerebral, sordomudo, etc.  También el CREADOR les dice:  "Ustedes son mis Hijos amados, en quienes me complazco". 


Este mensaje de profunda aceptación al SER QUE SOMOS resuena en nuestro interior cuando SILENCIAMOS los ruidos provocados por el Miedo, la  Inseguridades, el Orgullo, etc. Son esas notas desafinadas provenientes de nuestra propia familia, escuela, cultura, grupo social o religioso que interfieren el mensaje original.

Como anécdota recuerdo a la profesora de primero de primaria explicándonos como Dios escribía en un cuaderno grande, muy grande todas nuestras faltas y pecados. Yo la escuchaba tranquilamente sin creerle ni una sola palabra, pues dentro de mi resonó la frase "DIOS ES AMOR", me pareció lo más normal y así fundamenté mi fe. Años más tarde agradecí a la RUAH por hacer resonar esas palabras.

Recojo este párrafo de Enrique Martínez Lozano:
  

<<"Somos de la misma “sangre” que el Fondo del que surgimos. Más aún, en nuestra identidad profunda, somos ese Fondo innombrable, al que nos referimos con términos como Vida, Consciencia, Ser, Dios, Padre… Y, a la vez, somos una forma concreta –una persona– en la que aquel Fondo se despliega, en cierto modo una “criatura”.

La metáfora del “Hijo amado” –así, con mayúscula– viene a decirnos que somos uno con el “Padre” –que nuestra identidad última es una con todo lo que es– y que nuestro yo particular (“hijo”) –nuestra personalidad– está siendo constantemente “sostenido” por el Fondo que es y somos. Lo que brota de ahí es confianza, gozo y comunión efectiva con todos los seres">> 

https://www.enriquemartinezlozano.com/hijos-amados-hijas-amadas-siempre/

Tenemos tanto en común, estamos llamados a un proyecto universal de sororidad y fraternidad, evitando todo tipo de fundamentalismo que convierte a sus adeptos en ciegos, sordos y mudos a su propia verdad innata.

"Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco". Es una invitación a vivir desde la UNIDAD, buscar todo aquello que favorece el bien común, reconociendo la nota original, el don que cada PERSONA aporta al mundo.

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