Personas preparadas para AMAR


 Nos hemos preparado todo este año para AMAR, para realizar un sencillo gesto de AMOR como puede ser: acercarnos a ayudar a alguien, conseguir que un niño cumpla su ilusión, sonreír al desconocido que pasa junta a nosotras, llamar a un vecino que esta en cuarentena, evitar abrazar a nuestros abuelos y padres mayores para no contagiarles el virus, procurar hacer las tardes más felices a nuestros hijos e hijas, preparar un delicioso desayuno a nuestra madre, recibir a nuestra vecina enfermera con un fuerte aplauso, dar una bolsa de víveres a quien perdió el trabajo durante la pandemia, etc. etc....

Este año 2020 (aún faltan unos días para despedirlo) es como un gimnasio que nos entrena  para que desarrollemos nuestros dones. También nos permitió reconocer nuestras flaquezas, pues hay días que las lágrimas mojaron el suelo o tal vez la impotencia nos hizo saber de los límites que podemos encontrarnos. O cuando el PERDÓN nos permitió reencontrarnos con nuestro verdadero YO pues soltamos la imagen de superwoman o superman frutos del EGO desesperado por sobrevivir. 

Ojalá pudiésemos percibir el viento que se lleva el año viejo y deja entrar el año nuevo (así me decía un anciano miskito como reconocían el cambio de año), esa brisa suave que limpia el aire sin estruendo. Por que así son los grandes cambios, se presentan de una forma muy sutil, sin ruido; como el nacimiento de un niño percibido y anunciado por el cosmos con una ESTRELLA en BELÉN. Estemos atentos al latido de la Tierra que nos anuncia el cambio de año, escuchemos su canto.

Deseo que sigas manifestando todo tu SER en el próximo año, más consciente, la intención de cada gesto sea presencia de la Compasión. Pues eres presencia del AMOR INCONDICIONAL en este momento histórico. Estos días de Navidad celebramos precisamente su presencia entre nosotros, la llegada de Enmanuel.  

Y siempre podamos compartir el espacio de SILENCIO que nos une.





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