Nunc dimitis del 20 al 21

Cuando llega fin de año siempre queremos dar vuelta a la pagina, como si el tiempo fuese un cuaderno que con solo cambiar la hoja cambiamos el relato de la plana anterior, hacer punto y aparte, borrón y cuenta nueva. Redactamos los propósitos de inicio de año para después quedar engavetados  a los 15 días por las mismas razones que nos dimos el anterior año, pero que le vamos hacer "así somos" decimos, y nos consolamos interiormente. Tal vez debamos preguntarnos: "¿qué tan dispuesta estoy por SER  PLENAMENTE YO MISMA? y poder cantar con Diana Navarro "me amo y me acepto completamente".  

Ese momento de plenitud, iluminación o kensho solo es posible cuando hemos soltado muchos apegos y hemos sido capaces de mirar nuestra sombra, ese lado oscuro o quitamos la tapa de nuestra caja de Pandora dando rienda suelta a tantos fantasmas internos congelados pero que ahora somos capaces de liberarnos de su influencia.

¿Y si fuese en nuestro vivir cotidiano al finalizar la jornada supiéramos despedir el día de forma consciente?.  

Siempre recordaré el pequeño escalofrío que recorrió mi cuerpo cuando escuché el cántico de Simeón Lc 2, 29-32), recitado al finalizar el día en las Completas. En mi mente juvenil no existía la idea de morir, me costaba decir eso de "ya puedes dejar a tu siervo irse en paz", al llegar a ese versículo como que respiraba y hacia un silencio.

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel

 Pero poco a poco el corazón ha ido aprendiendo la profundidad de ese cántico y fue precisamente el sutra zen que recitamos al finalizar el día en los sesshin o zazenkai seguido del repique del Han:

DESDE LO MAS PROFUNDO DEL CORAZÓN OS DIGO A TODOS

VIDA Y MUERTE SON UN ASUNTO SERIO.TODO PASA DEPRISA;

ESTAD TODOS MUY VIGILANTES

NADIE SEA DESCUIDADO

NADIE OLVIDADIZO


Al finalizar el día hemos de poder cantar: "un odio menos llevo en mi ser", "he visto la presencia del Amor Incondicional",  "Pude percibir la Sabiduría guiando mi caminar", "reconocí la verdadera Justicia dictada a favor de los oprimidos" , "la Vida se hizo presente en mi hogar", " Yo Soy Hija de Dios"...

Creo que debemos abrazar este nuevo año como Simeón abrazó a Jesús, con mucha ternura, regocijados por sentirnos llamados a escribir la mejor página de nuestra historia personal, nadie más que yo misma, que tu misma, que tu mismo eres capaz, nadie puede hacerlo por mi o ti. 

Y cuando lleguemos al final de este folio en blanco del 2021 diremos con gozó, al igual que Simeón:  "mis ojos han visto a tu Salvador en el sanitario que acoge el sufrimiento del enfermo, han visto su presencia liberando a los pueblos de sus opresores, liberando la tierra del yugo de los mercaderes, en las familias que se reconcilian de nuevo, mire a la maestra dispuesta a hacer horas extras por sus alumnos, pude contemplar al enfermo que se levanta a pesar de su dolor, fui capaz de admirar los colores de la puesta del sol y escuchar el canto del agua"...



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares