AGRADECE AL AVANZAR POR EL DESIERTO DE LA VIDA
La palabra DESIERTO para un migrante sea en América o África significa SUPERVIVENCIA. El objetivo final es CRUZAR el desierto de Arizona o del Sahara porqué más allá existe una vida mejor, llámese el "sueño americano" o "llegar a Europa", lograrlo es superar los obstáculos del calor sofocante o la hipotermia, llevar lo imprescindible, la falta de agua y alimentos, caminar al ritmo del grupo para no quedar solos, ser tratado como mercadería por los coyotes o traficantes de personas, etc. Lograr caminar tantos kilómetros de tierra permitirá acercarse a la meta final. La motivación para seguir ha de estar siempre presente, conseguirlo depende solo de ellas mismas, por eso oran a Dios para que les ayude.
Este desierto físico refleja el desierto espiritual, al cual
estamos llamadas todas las personas a entrar, a morar por un tiempo ya sea de
forma voluntaria o involuntaria, programada o sin control. Todas y todos
tenemos experiencias de desierto, etapas más o menos largas de la vida de tonos
grises y negros, tiempo de soledad profunda y de mucha incertidumbre.
Las circunstancias vividas ya sea por pérdidas materiales,
duelos por seres queridos, complejos personales no superados, enfermedades, etc.
etc. provocaron una búsqueda de sentido ¿Por qué todo esto me pasa a mí? ¿Para qué
vivo está experiencia? Las respuestas pueden llevarnos a la evasión o al
crecimiento personal, al mundo de las adicciones o al acompañamiento, a la
muerte o a la vida, al EGO o a la UNIDAD. Todo depende de nuestra decisión,
ejerciendo nuestra libertad personal.
El desierto empieza por aceptar que “tocamos fondo” y solo
resta empezar a levantarse, preparar otro camino de vida. (Is 40, 1-5). Sumergirse
en el kairós, en este tiempo de salvación-sanación (Mc 1,1-8).
Mientras estamos viviendo el desierto los “nubarrones-problemas” nos ahogan impidiendo ver la “luz-solución” pero sabemos que ahí está. Momento para recurrir a otra gente. La presencia de otras personas que han recorrido este camino es de gran ayuda. Salir del desierto espiritual es más sencillo cuando nos dejamos acompañar por nuestros guías y maestros espirituales, que nos escuchan, acogen y acompañan hasta el final. Saber que somos COMUNIDAD, SHANGA, EKKLESIA, GRUPO DE APOYO, etc. nos fortalece, sentir la presencia de otra gente que camina a nuestro lado nos fortalece.
El desierto es ponerse ante un gran espejo que refleja nuestra verdadera imagen, a soltar los apegos innecesarios para nuestro viaje, abrazar nuestras sombras o ese lado oscuro de nuestro ser.
El SILENCIO orante, meditativo nos ayudará a deshacer los nudos emocionales, mentales que impiden reconocer nuestro VERDADERO SER.
AGRADECER a cada uno de los traspiés
y caídas las lecciones aprendidas, a reorientar nuestro proyecto personal,
liberarnos de las relaciones y conductas tóxicas, en definitiva la CONVERSIÓN
para recuperar nuestra DIGNIDAD DE PERSONAL, desde ahí nos será más fácil
Por tanto cuando salimos del desierto nos sentimos llamados a allanar los montes de las exclusiones sociales, a levantar a los decaídos y proclamar la justicia especialmente para los más débiles, hoy especialmente con los migrantes que se ven obligados a salir de su patria por motivos ajenos a su voluntad, ya sea a causa del cambio climático o violencia social.
Experiencia de purificación en la que el ser espiritual, desde el libre albedrío, decide ser la luz que siempre ha sido, decide ser hermano de todos los seres humanos del planeta, recibe de la Luz Suprema el tesoro de todas las virtudes y poderes del espiritu y así transforma el entorno con su acción!!!
ResponderBorrarDesierto maravilloso, gracias!!! (ELSA FRIES)