¡¡¡DESPIERTA, VIVE LA MISIÓN DE TU VIDA!!!!
Sí, esa misión capaz de proporcionar mucha prosperidad, abundancia, riqueza… FELICIDAD.
De una forma u otra buscamos como vivir plenamente, sin sentirnos ahogadas, aplastados.
Tenemos el recurso de los coaches que a diario ofrecen sus servicios por internet, los webinars gratuitos para
escuchar conferencias sobre autoestima, etc. Todos nos prometen que alcanzaremos
los resultados esperados: realizar nuestro sentido de vida., vivir nuestra
misión de vida, desarrollar plenamente nuestra personalidad.
Es como si de nuevo nos
formularan la pregunta ¿Qué quieres ser de mayor? Las primeras veces cuando la escuchábamos empezábamos a
imaginarnos como nos veríamos de adultos, escogiendo según nos parecía las
mejores profesiones, porque en la infancia todas son buenas hasta suena bien
decir “yo seré sicario como mi tío” (así respondió un niño de un barrio
marginal en San Pedro Sula). Ya en la adolescencia y juventud encogíamos los hombros pues solo salía un “no sé” de nuestros labios, al ver que
eso de lograr los sueños personales no era tan fácil, optábamos por renunciar a
conseguirlos.
¿Sigues empeñado en renunciar al sentido de tu vida? ¿Continúas sin
saber PARA QUE naciste? Entonces continúas dormitando en este planeta.
Naciste en un lugar y en una familia concreta para desarrollar todo tu SER.
Sí ya sé que tu parentela y la mía no son las mejores y sí lo suficientemente buenas para enseñarnos las LECCIONES DE VIDA que necesitamos en nuestro crecimiento espiritual, pues tenemos la LIBERTAD de SOLTAR los lazos que nos atan a un pasado victimizador, de los pensamientos y sentimientos ilusorios para levantar nuestra mirada en el presente. Un presente que es así, tal cual es pero que necesita de tu presencia.
Tu presencia es capaz de transformar una realidad cuando la energía de la COMPASIÓN nutre tu corazón, engendra vida.
Tu
pensamiento dirige la energía de tu corazón hacia donde quieras. Todas y todos
estamos llamados a desarrollar nuestra misión de vida, incluso la enfermedad
puede ser momento de misión pues sabe hacia dónde canaliza sus sufrimientos,
los deposita en las manos del AMOR INCONDICIONAL para el bien de otras
personas.
Vivir la MISIÓN que nos lleva al
encuentro del otro ser humano, al encuentro con toda la creación, pues hemos
nacido para dejar este mundo un poco mejor de como lo hemos encontrado.
¿Quién nos sostiene para hacerlo
posible? Pues la RUAH, la DIVINIDAD, encarnadas en EMMANUEL. Más la dimensión comunitaria, grupal hace posible que sigamos
adelante, apoyándonos mutuamente. Llamando a otra gente a vivir plenamente su
ser, solo así podremos lograr una
verdadera JUSTICIA, cuando los odios no son el motor de nuestra vida.
Entonces, ¿a qué te apuntas: a
dormir o a despertar?
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